Bajó del tren con la mirada y los pensamientos perdidos. Qué
rápido sucede todo, que rápido se vacía el andén. Ella miraba pero no veía, no
se daba cuenta de lo que estaba viendo. Observaba a un hombre caminando con
aire despistado. Pero ella siguió a paso rápido para cambiarse de línea. Paso
rápido y decidido. Iba concentrada en sus pensamientos sin embargo por el
rabillo del ojo seguía viendo al hombre. Su corazón se aceleró y no sabía por
qué. El tren entró en la estación, se oyó un golpe seco y el hombre desapareció
debajo del tren.
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