lunes, 28 de noviembre de 2011

Leones y Ratones

El sol entra en su habitación por el gran ventanal de tal manera que al abrir los ojos se asusta. Se ha pasado toda la noche despierte, pensando, dándole vueltas a mismo tema de todos los días, desde hace unas semanas. Se levanta, se mira en el espejo y solo ve la imagen hieca de una marioneta. Colgando por unos hilos tan finos que apreciarlos se convierte en una tarea difícil. Sus ojos están empapados de pensamientos y dolor que se transforman en lágrimas. Está enamorada del amor. está obsesionada con la pasión. Llorando huye de sus huellas. Huye del dolor que sabe provocar. El dolor de una persona que quiere, que admira, que necesita a su lado. El dolor en la persona que le hace fuerte. Él no lo sabe pero ella está enamorada del cariño que él le demuestra. Clara sabe que él es lo más grande, lo mas sincero, lo mejor que le ha pasado en mucho tiempo. Pero ella es más debil y no puede con la situación, por que aunque él vea en ella una gran estrella brillante, Clara no es más que el reflejo de la luz que el desprende. Sólo es un ratoncito que se arrima al león para sentir su calor. El león es fuerte pero él aún no lo ha descubierto. El ratón estará esperando hasta poder volver y acurrucarse en su inmensa melena dorada. Clara le quiere pero no está preparada. Clara le quiere y siempre le querrá y espera el día en el que ocurra el milaro que haga de la muñeca de trapo una persona real.




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