martes, 22 de febrero de 2011

Carpe diem

Tener tiempo y disfrutarlo. Oir como pasa la gente, como sus pasos se clavan en la arena. Paseando, corriendo, comiendo pipas. Sentarse en un banco y poder ver las huellas de las personas que poco tiempo antes se sentaron en el mismo banco. Una colilla con restos de labial rojo. Cáscaras de pipas. Pájaros que cantan ... y poder disfrutarlo. Oir las risas de unas amigas que se han propuesto correr para perder unos kilitos antes de que llegue el verano. El verano, tiempo en el que todos parecen sanos y felices. El pelo más claro. La piel más oscura. Vivir un verano de ensueño y poder disfrutarlo.
Debemos tomarnos el tiempo de sentarnos y escuchar, oler, oir, sentir. Sentir lo que pasa a nuestro alrededor. Observar el amor que hay en la calle. Un hombre que juega cariñosamente con su perro. Unos amigos que ya lo han vivido todo y quedan para echarse una partida a la petanca. Una pareja de recién enamorados, una pareja de arrugados. Poder sentarse al lado de un parque infantil. Ver al abuelo que columpia a su nieto.Oir los pájaros cuyas hormonas se revolucionan. Cantan. Cada vez más fuerte. Más bonito. Los primeros capullitos que esconden la belleza de las flores más maravillosas. Ver una  estatua de tonos verdes. Preguntarse quién será el hombre que retrata, leer "Al gran poeta ruso Alexandr Pushkin" y poder disfrutarlo.

15.Marzo.2010

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