domingo, 13 de marzo de 2011

Descontrol


Totalmente devastado. Mientras nota los últimos temblores se levanta a divisar el terreno. Es el único que está en pie. Se gira y observa a su alrededor donde todo está gris y agonizando. La ciudad en ruinas esconde entre los escombros los gélidos cuerpos de personas al filo de la muerte. Oye un estruendo angustioso. No quiere darse cuenta pero su pesadilla se vuelve realidad. Una ola de unos siete metros se aproxima velozmente a él. ¿Correr? ¿Para qué? Ya todo está perdido.

Aquel momento

Son los momentos de inocencia,
cuando tu corazón se seinte desnudo.
Notas como te domina, poco a poco,
te arrastra y te sumerge en una expresiva elocuencia,
siempre emergiendo con dulzura y prudencia.
Juegos de locura, mezcla de tortura y ternura,
se desenvuelven con mucha soltura.
¡ qué desenfreno! ¡ qué sensación !
Tambores trepidantes, que cesan muy a las duras.
Todo esto desmesura.... y tú... y yo... envueltos por esta aventura..


Eduard Gasull

martes, 1 de marzo de 2011

Ángeles de la Inspiración

Clara respira. Siente el olor de girasoles, de lavanda, de un enjambre lleno de miel. Le encanta sentarse en un campo lleno de flores y respirar. Simplemente respirar. Algo tan natural que, según ella, deberíamos hacer más conscientemente. Inspira. Piensa en la suerte que tiene de estar allí. Sola, pero rodeada de miles de mariposas. Mariposas, unas criaturas totalmente simétricas. Exhala. Piensa en el amor que transmiten esos bailarines del sol. Siempre buscando la claridad, el calor, la belleza de vivir. Cierra los ojos y se tumba el la hierva fresca, verde, húmeda con un color intenso y un olor natural. Precioso. Cuando abre los ojos ve una mariposa posada en su rodilla morena. La mira y se incorpora pero al segundo se echa a volar. Más que a volar, a flotar entre las ideas de Clara. Unas ideas que hoy están llenas de color, luz, esperanza e inspiración. La mariposa se posa en su mano y lentamente la atrapa dejando un pequeño agujero por el cual puede ver perfectamente el color de esas alas fáciles de confundir con los pétalos delas flores que la rodean. De unos tonos claros. Desde un amarillo canario en el centro, pasando por un tono limón hasta llegar a un blanco con un toque de color en el exterior. Se fija en una macha negra que tiene en un ala. Un fallo que la hace perfecta, preciosa. Clara abre las manos dejándola volar con sus compañeras. Quedámdose con una sonrisa grabada por haber tenido el privilegio de rozar la criatura más maravillosa. Un ángel de la inspiración.

Las Sombras del Sol

Clara se sentó en un banco a pensar. Era uno de esos días soleados en los que todos se sienten felices y sonríen. Días en los que gente como ella se pone a pensar. Miró al cielo y quedó cegada por la luminosidad del día. Pensando, empezó a darle vueltas a un problema que tenía. Era una persona llena de contrastes y por momentos le dolía ser como era. Feliz y reluciente, y al segundo, triste y apagada. Era una de esas personas que no consiguen decidirse. Clara siempre estaba dividida. Todas sus acciones se contradecían entre sí. Mucha gente la conocía como una persona callada, pensativa, madura, que en ocasiones parecía triste. La veían como una persona gris. Otros veían en ella una luz radiante que consigue alegrar y divertir a todo aquel que se le acerque. Alzó la vista. Era como las sombras del sol. Ella no era como las sombras negras que aparecen detrás de un muro. Clara era oscura y luminosa, triste y alegre, inteligente y estúpida. Se vió reflejada en la ventana de un coche y en su cara se dibujó una sonrisa triste. Su cara brillaba por la luz pero su mirada, oscura por naturaleza, quedó oculta bajo un manto sombrío. Y la última luz que brilló en su mundo de tinieblas era una frágil lágrima que se escapó silenciosamente de sus trsites ojos.